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Malos tiempos para los rebeldes...

Sean de la clase que sean, tengan las ideas que tengan, a veces, radicalmente opuestas y enfrentadas, vemos que los rebeldes "oficiales" son pasto de la muerte (a veces dudosamente "accidental") y la persecución.

Poco tienen que ver Antauro Humala, Jörg Haider, Ahmed Shah Massud, Aleksandr Lebed, Chen Shui Bien, Jonas Savimbi, Slobodan Milosevic o John Garang. Sólo el hecho de ser "antisistema" (y en algunos casos habría que ver hasta qué punto) y un final triste. Parece que únicamente puede triunfar un tipo de cabecilla político, apolillado entre el alcanfor de la prensa y y el propio aburrimiento de luto con que los políticos al uso comparecen ante el pueblo.

Ni es bueno oponerse por el mero hecho de hacerlo, ni tampoco convertirse en "más de lo mismo" para poder medrar o meter la mano en el sucio plato de los que mandan.

Ante todo ello, y como lenitivo, dediquémonos a leer, lo que sea y del color que sea, pero que tenga vida, fuerza... que nos saque de la prosa mortal y decadente de la actualidad... vaya este enlace por delante de "La Editorial Virtual", al servicio de la palabra.

Ya se puede quemar (en efigie) al ciudadano Borbón.

La reata de cómicos de la legua del separatismo catalán llenaba hoy de alegría separatista (tanta como piojos desprendían sus cuerpos) la Audiencia Nacional. Ellos y sus amigos queman la corona española y ahora les sale gratis.

A mí se me da un ardite lo que hagan con las fotografías del ciudadano Borbón la circense "troupe" de antropoides peludos con estrella roja y pulgares prensiles. Lo que me preocupa no es que se queme la foto de un señor que representa la monarquía, sino que se queme en efigie a España entera a través de su (todavía) Jefe de Estado.

Pero bueno, el susodicho chamuscado ya comentó que "hablando se entiende la gente", así que, a lo mejor puede negociar con la caterva burgueso-charnego-separatista que sólo le den mechas al pelo, que se lleva mucho y restaurar antigüedades está subvencionado.

Por desgracia, el último que intentó lo del "diálogo amplio sin pretensiones preconcebidas para un entendimiento mutuo" acabó algo quemado; lo malo es que la bomba destruyó toda una terminal del aeropuerto de Barajas, pagado, como el sueldo del iluminado, con dinero de todos los españoles.

Lo dicho, al ciudadano Borbón, a los que le dan el dinero de los españoles a la banca privada exprimidora y a los pirómanos de fotos, que los pongan a dialogar, y que les frían un paraguas.

Colonia, fin de fiesta, fin del Estado.

La carcundia de anormales que se autodenomina "antifascistas" (para no asumir que son la imposible mezcla de leninistas y anarquistas) ha hecho, con sus salvajes algaradas, que se suspenda un Congreso contra la islamización de Europa. Todo ello ha surgido en la alemana ciudad de Colonia, donde los invasores islámicos proyectan una mezquita gigantesca como muestra de que son los nuevos amos de Europa.

El resultado es que si un ejército de delincuentes planta cara a la policía, no hay derecho de reunión que valga. Y claro, para eso estaba la chusma, para hacerle el juego al Islam (un totalitarismo sirviendo de matoncete a otro). El Estado no existe, pues la hez de la sociedad es la que decide, por la violencia, que la calle es sólo para su asquerosa impostura.

Los europeos se convierten en criminales colaboracionistas para ayudar a la invasión salvaje del islamismo antioccidental y terrorista. Hoy es un día negro para Occidente.

Spengler o la Decadencia de Occidente.

Han pasado ya siete décadas o más, desde que un pensador como Oswald Spengler reflejara la decadencia de la civilización, haciendo referencia a las revoluciones que juntan su poder contra Occidente. La receta para salir de la enfermedad del siglo era la de siempre, un pelotón de soldados.

Pasadas tantas cosas ahora no saldría ni un pelotón de "oenegeros" a salvar a la Humanidad. Las subvenciones y los cooperantes primero. Nada más hay que ver lo que hacía en Chad una "Organización No Gubernamental" (1) dedicada al comercio de esa materia tan apetecida por los burgueses europeos: los niños.

Del otro lado, otra entidad "benéfica", se dedica a matar bebés y a convertirlos en materia de salchichas que van por el desagüe de la indiferencia (y del alcantarillado municipal de Madrid). Eso sí, las clínicas imputadas en el genocidio no son ONG`s, sino negocios bien lucrativos de los que viven una serie de parásitos dañinos implicados en la política local madrileña. La coalición IU engrosa su dinero burgués y sucio con el crimen del aborto, y parece que se le da muy bien.

Ahora que la cosa no acaba aquí. La "Asociación Internacional de Médicos Progresistas" celebra que se impida el dar un cachete a los niños", lo que según ellos estaba implícito en el Código Civil hasta fines de este 2007, al entender la ley que se permitía corregir razonablemente a los hijos". No, corregir, no, pero abortar sí. Y como los viejos son dos veces niños, marchando una ración de eutanasia, o sea, herencia por la vía rápida.

Occidente es decadente, pero lo es más desde que el timón lo lleva una escoria patibularia mezcla de asesinos, oligofrénicos e inmorales.

¿Dónde está el pelotón de Spengler? 

 (1)Nota: Dicho acrónimo puede ser reivindicado también por la ´ndrangheta u otras asociaciones y logias igual de honorables, por lo que ya se ha inutilizado el vehículo de la solidaridad social en beneficio de los mangantes y en perjuicio de quienes necesitan ayuda.

La misma basura en distinta bolsa.

Por aquello de "separar para reciclar" coloco mis desperdicios en distintos lugares: hay que ser cívico.

Al arrojar la porquería a su sitio legítimo, me acordé de la última euroimbecilidad: La de Gabriele Pauli, una política alemana que ha propuesto que el matrimonio dure siete años, al cabo de los cuales se resolvería o podrían renovarse los votos.

Por higiene mental, espero con Fe que los que no se renueven sean los votos de la CSU, partido bávaro plagado de indigentes mentales/morales como la eurodiputada de referencia. SPD, FPD, CDU, CSU... separar para reciclar. Incluso estos puedan servir para algo tan noble como la basura que se regenera.

Enhorabuena: una vez más, los primeros.

Los primeros en pornografía infantil, en consumo de cocaína, en prostitución callejera... que no se diga que Expaña no es alegre. Mientras la prensa británica se queja de que las drogas, el urbanismo abusivo y la destrucción del Medio han destruído Ibiza, aquí lo celebramos con desbordada creatividad capitalista de juerga masiva y festivalera en Benicássim: eso sí que es cultura, y no lo de Menéndez y Pelayo.

Este es el legado de Occidente: drogas para mitigar los males, obediencia ciega a la televisión y mucha discoteca, no sea que los jóvenes que hemos educado tan bien para ser unos sumisos y buenos consumidores, prefieran la protesta social al botellón.

Necesitamos, ahora que se ha muerto nuestro pontífice Polanco, el refuerzo de la asignatura de Educación para la ciudadanía, no vaya a ser que dejemos de ser los primeros en todo lo que construye nuestra libertad desde que el magnánimo Nerón se libró del despótico y triste filósofo Séneca.

Chirac, o la mafia del mandil.

Nuevamente un libro nos muestra la desvergüenza de Jacques Chirac. En él, cuenta cómo  le disgusta la conquista española de América. Evidentemente le disgusta porque la Hispanidad en América no es obra de la "grandeur". Para él, los méritos se los llevan los vikingos, que descubrieron el nuevo continente, teniendo la elegancia de "destruirse a sí mismos". Yo invitaría al señor Chirac a ver "Apocalypto", a riesgo de sufrir en mis carnes la incómoda compañía del presidente, encausado por su rapacidad y afición por el mangoneo político-económico. En la cinta de Mel Gibson, podría el ínclito percibir la sabrosa pedagogía de las civilizaciones que, otrora fuertes, se destruyen a sí mismas en un regodeo suicida. El mismo gusto de ponerse la soga al cuello lo tiene una Francia que ha cargado una buena porción de años con un sinvergüenza como jefe del estado.

El mismo individuo, pedante, jactancioso y vacuo, rechaza al Liberalismo, pese a ser un impenitente defensor del "buen orden republicano", y pese a que ese orden de guillotina y terror no exista cuando las calles las calles arden con la "sharia". Chirac es la encarnación de la "videopolítica" de Sartori, aunque el profesor italiano pensara en Berlusconi cuando formuló el término. El presidente que modula la voz mientras mira a la cámara con ojos de cordero degollado y arquea obsequioso las cejas, es el que se despacha a gusto con sus hazañas de galán ("dime de qué presumes..."), o muestra su odio por la Europa colonial pese a definirse como "gaullista". En la Eurocracia laico-islámica, decir tonterías es gratis, y algunos abusan del coste cero.

Mientras tanto, Chirac no se decide aún a confesar si va o no a presentarse a las presidenciales del 2007, aunque lo más lógico sea la renuncia. El ego del provecto granuja no puede escoger entre perder su última convocatoria electoral o dejar el Elíseo para enfrentarse a los tribunales, como todo pájaro de cuenta que ha hecho y deshecho lo que no debía. Le duele Nicolás Sarkozy, como le duele Ségoléne Royal, pero mucho más todavía le trastorna la imagen de Jean Marie Le Pen.

Bajo todo este escenario en el que el máximo actor no duda en confesar sus desplantes a Juan Carlos de Borbón, otro hermano de la fraternidad "discreta y no secreta", se recorta en el horizonte la figura de uno de los individuos que más ha contribuído a que la política en Europa sea una pestilencia... y todavía hay quien le homenajea con un libro... Otro "Apocalypto" en Occidente.

La imbecilidad y la maldad, juntas.

Pérez Esquivel, uno de los mayores hipócritas de la actualidad, en el que se juntan maldad e imbecilidad a partes iguales. Ahora, el conocido proterrorista quiere que juzguen a un muerto, D. Juan Domingo Perón Sosa.

Es naturaleza de los cobardes, como de toda alimaña, ensañarse con los muertos, pues cuando están vivos no tienen coraje para hacerlo. Si acaso esta gentuza se vale del terrorismo, como acontece con ETA, montoneros, tupamaros y otras basuras de semejante pelaje.

¿Cuándo va a pasar el tiempo de los traidores?

Identidad.

Ser identitario es un reto. Unos sólo entienden por eso el aldeanismo más ignaro. Otros peor, porque entienden cosas abstrusas, tras leer a autores extranjeros, y sobre todo, difusos y alejados de los problemas comunes.

Identidad es aquello que habla de uno mismo, esto es, una aproximación a las raíces, pero ¿cuáles son las raíces de Occidente? Pues la matriz clásica, que es grecolatina, la espiritual, que es la Católica, y una tercera y última aportación, más reciente, que es la germánica. Esos son los ingredientes, y no la torpeza de anclarse en el floklore, la gastonomía, o una lengua.

Sin embargo, en su afán de triturar la Civilización, nuestros enemigos, se fijan más en usar el dinero público para establecer una artificial lucha de lenguas, que aniquile aquellas que no les gustan. Lo de eliminar el español de las aulas no es más que un síntoma: los políticos no intentar educar, sino deseducar. El pueblo debe ser adicto y al menos igual de burro que el común de los responsables (?) de la Res pública.

Frente a la agresión anti identitaria, o mejor pseudo identitaria, de mininacionalismos oligofrénicos se impone la resistencia activa. La Identidad es el mayor de los valores de Occidente. La lucha a brazo partido contra el laicismo, el materialismo, los micronacionalismos, y el padre de todos estos hijos espurios, el relativismo moral e ideológico, es el imperativo absoluto para Europa y Occidente si estos quieren sobrevivir.

Identidad: Cruz, lábaro y cultura... he ahí nuestras armas.

Del laicismo y otras tonterías

Ahora resulta que el mal de Europa es la Religión. No es el paro, ni las diferencias sociales, ni siquiera el declive en todos los órdenes de Europa, especialmente, en el demográfico. No, el Mal absoluto para el progre de mandil al uso es la Religión. Para la próxima convocatoria electoral de Francia (2007), la palabra clave será "laicité".

Laicidad... para no hablar de Islam. El cristianismo tiene que ser perseguido con la excusa de los desmanes islámicos en los suburbios parisinos. Si arden las calles y se llama a la revuelta "yihad", lo mejor es la "laicidad". Que los curas se metan en las sacristías, que luego los de la chilaba se envalentonan.

"Laicidad, laicidad..." Podrían prometer un futuro mejor, o mano dura contra la delincuencia. Sin embargo, es más barato marear la perdiz de "la religión para quien la trabaja". Hala, a arreglar Francia con más de los últimos doscientos años. El más grande invento de la "laicidad, libertad, igualdad, fraternidad" , madame Guillotina, tal vez acabe por resucitar, para que se vea lo progresista de la Francia republicana. A lo mejor resucita con "hiyab", muy laico, eso sí... y tricolor. 

Atención, pregunta: ¿Se hablará en la campaña electoral de temas serios? ¿Lo del laicismo irá también para Turquía?

¿Por qué Occidente?

¿Y por qué no? Las causas perdidas son tan dignas o más que las de un "caballo ganador".

Cuando los traidores asoman la cabeza, o más tímidamente, la patita por debajo de la puerta, ¿quién se va a preocupar de los enemigos, si ya están dentro? Y en Europa están situados desde los mercados, a los palacios.

Por eso, para derrotarlos, a los enemigos de dentro como a los de fuera, hace falta juventud, pero no necesariamente de edad; porque la juventud que se precisa para reconstruir Occidente en sus valores y raíces, es juventud espiritual. Aquí no nos valen esmirriados viejos de veinte años que hagan la mitad que los jóvenes que peinan canas.

Mientras Europa espera a sus nuevos-viejos valedores, no hay un Zeus que, como blanco toro se lleve a su princesa a lomos hasta la isla de Creta.

"Europa, sé tú misma".